miércoles, 11 de junio de 2014

Racismo y homofobia: el peligro de la sobreexposición en las redes sociales


Esto ocurrió en enero de 2014. El hecho me generó posiciones encontradas. Dos hombres gays publicaron esta foto en Instagram. Se llaman Kordale y Kaleb, son pareja y están criando a sus dos hijas.

La foto recibió una ola de comentarios racistas y homofóbicos, por Instagram y tuiter. Los atacaron por "negros y maricos". Condenable, lo que ocurrió. El Huffington Post publicó una nota reseñando las agresiones. Luego del artículo de este diario, muchos cerdos decidieron borrar sus tuits, pero igual ya habían sacado sus demonios.

La pregunta que me surge es esta sobreexposición que tenemos en las redes sociales. Hay gente que publica todo, todo todo. Dónde come, qué come, con quién. Qué lee, cuándo viaja, hacia dónde, cómo se viste.

¿No es un peligro esta sobreexposición? Con la parranda de locos que hay allá afuera, ¿no es delicado publicar diariamente nuestras rutinas, lo que hacemos, cuándo y cómo?


A mí me parece que sí. Esta sobreexposición genera que la gente sepa, conozca y, sobre todo, opine de nuestras vidas. Y la gente suele opinar cualquier vaina, sin saber que se trata de seres humanos.

Yo, en los zapatos de estos dos papás, hubiera borrado mis cuentas en estas redes sociales y evitaría seguir exponiendo mi vida y la de mis hijas, en la esfera pública. ¿No corren peligro esas niñas si algún cerdo homofóbico o racista del Ku Klux Klan o el Tea Party las ve en la calle o en la escuela? ¿Estos dos padres, seguramente buenos padres, tienen derecho a exponer la vida de sus hijas de esa forma?

No sé. No tengo una respuesta clara. Lo que sí sé es que si abrimos la puerta de nuestras vidas privadas, nos exponemos a que los demás opinen.

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